Pan y Rosas
Cuando llegan estas fechas a todo el mundo, incluso a
mí, nos da por escribir sobre el tema; y a las Instituciones y
Colectivos les sacude la necesidad de hacer algo. Me temo que por la
vergüenza de no haber hecho nada antes, Y surge tal variedad de eventos
e ideas que se nos puede escapar el verdadero origen del día de la
mujer trabajadora: El capital, como siempre, cuidando de la mujer y los
niños había reducido su jornada semanal de trabajo de 54 a 50 horas con
lo que redujo aún más su salario y las jornadas laborales siguieron
siendo las mismas. Miles de mujeres se echaron a la calle en protesta y
el miedo hizo que las cosas empezaran a cambiar.
Hoy, tenemos
incluso partidos antifeministas que tratan de celebrar el ocho de marzo,
a su manera, evitando mezclarse con la realidad socio laboral de las
mujeres, que es el verdadero clítoris del asunto. Porque seamos
sinceros, organizar actos bonitos y maravillosos, lecturas poéticas (en
algunas hasta me han dejado participar), charlas, actividades
gimnásticas o exposiciones no dejan de ser un modo edulcorado de pasar
de puntillas por el verdadero asunto de la desigualdad social entre
hombres y mujeres. Sé por los países nórdicos que cuando dejaron de
aplicar cupos y cuotas la cosa volvió a la mierda de antes. Por ejemplo
un congreso de testículos hablando de la fertilidad de las mujeres. Así
que sí creo que la legislación tiene un papel importante pero tampoco
creo que unas leyes superproteccionistas, como conceder el 75% de las
ayudas al cine a proyectos de mujeres vayan a mejorar todo. Más bien al
contrario.
Hoy en día, dentro de las celebraciones feministas
estamos incluso creando una nueva desigualdad social. Nos empeñamos por
ejemplo en buscar mujeres especiales, o influyentes, como signos de lo
guay que se puede llegar a ser, si eres una mujer policía, o presidenta
de una agrupación de empresarios, por poner un ejemplo. Pero nos
olvidamos de las mujeres que se levantan cada día para mantener a su
familia gracias a un mísero puesto de trabajo de bajo salario, o quienes
cada día van al hospital a cuidar a los enfermos con una paciencia y
dedicación infinitas, o las que han montado un negocio y pelean cada día
para no cerrar, o quienes luchan en sus casas para poder mantener a un
anciano vivo y sano ya que que el sistema de servicios sociales es una
puta mierda en Expaña. A esas no las celebra nadie. No mola. Entre otras
cosas porque indica nuestras carencias y no nuestras virtudes. Una
legislación que no permita compaginar de manera real la vida familiar y
social seguirá favoreciendo siempre a los hombres y seguiremos viendo
en los Consejos de Administración corbatas en vez de faldas. Da igual lo
que hagamos con las leyes de igualdad. Al final ellas siempre cargan
con más tarea familiar que nosotros porque a nosotros lo que realmente
nos pone es el sillón y la televisión. Mientras tanto las mujeres están a
punto de duplicar a los hombres en Facultades como Medicina y, lo
quiera el capital o no, al final tendrá que permitir compaginar la
crianza con el trabajo. Pero por favor, celebren el día de la mujer con
cañones y no con flores. San Valentín es otra cosa.
Esto pienso. Ahora abran fuego si quieren.
1 comentario:
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