DADOS DE BASALTO

07 marzo 2020

Pan y Rosas.

Pan y Rosas
Cuando llegan estas fechas a todo el mundo, incluso a mí, nos da por escribir sobre el tema; y a las Instituciones y Colectivos les sacude la necesidad de hacer algo. Me temo que por la vergüenza de no haber hecho nada antes, Y surge tal variedad de eventos e ideas que se nos puede escapar el verdadero origen del día de la mujer trabajadora: El capital, como siempre, cuidando de la mujer y los niños había reducido su jornada semanal de trabajo de 54 a 50 horas con lo que redujo aún más su salario y las jornadas laborales siguieron siendo las mismas. Miles de mujeres se echaron a la calle en protesta y el miedo hizo que las cosas empezaran a cambiar.
Hoy, tenemos incluso partidos antifeministas que tratan de celebrar el ocho de marzo, a su manera, evitando mezclarse con la realidad socio laboral de las mujeres, que es el verdadero clítoris del asunto. Porque seamos sinceros, organizar actos bonitos y maravillosos, lecturas poéticas (en algunas hasta me han dejado participar), charlas, actividades gimnásticas o exposiciones no dejan de ser un modo edulcorado de pasar de puntillas por el verdadero asunto de la desigualdad social entre hombres y mujeres. Sé por los países nórdicos que cuando dejaron de aplicar cupos y cuotas la cosa volvió a la mierda de antes. Por ejemplo un congreso de testículos hablando de la fertilidad de las mujeres. Así que sí creo que la legislación tiene un papel importante pero tampoco creo que unas leyes superproteccionistas, como conceder el 75% de las ayudas al cine a proyectos de mujeres vayan a mejorar todo. Más bien al contrario.
Hoy en día, dentro de las celebraciones feministas estamos incluso creando una nueva desigualdad social. Nos empeñamos por ejemplo en buscar mujeres especiales, o influyentes, como signos de lo guay que se puede llegar a ser, si eres una mujer policía, o presidenta de una agrupación de empresarios, por poner un ejemplo. Pero nos olvidamos de las mujeres que se levantan cada día para mantener a su familia gracias a un mísero puesto de trabajo de bajo salario, o quienes cada día van al hospital a cuidar a los enfermos con una paciencia y dedicación infinitas, o las que han montado un negocio y pelean cada día para no cerrar, o quienes luchan en sus casas para poder mantener a un anciano vivo y sano ya que que el sistema de servicios sociales es una puta mierda en Expaña. A esas no las celebra nadie. No mola. Entre otras cosas porque indica nuestras carencias y no nuestras virtudes. Una legislación que no permita compaginar de manera real la vida familiar y social seguirá favoreciendo siempre a los hombres y seguiremos viendo en los Consejos de Administración corbatas en vez de faldas. Da igual lo que hagamos con las leyes de igualdad. Al final ellas siempre cargan con más tarea familiar que nosotros porque a nosotros lo que realmente nos pone es el sillón y la televisión. Mientras tanto las mujeres están a punto de duplicar a los hombres en Facultades como Medicina y, lo quiera el capital o no, al final tendrá que permitir compaginar la crianza con el trabajo. Pero por favor, celebren el día de la mujer con cañones y no con flores. San Valentín es otra cosa.
Esto pienso. Ahora abran fuego si quieren.

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