La clase.

La Clase.
Nada es verdad, o todo lo es a medias. W. Mischel, sicólogo austriaco que falleció en los EEUU el año pasado inventó a mediados de los sesenta el test del malvavisco (nosotros lo conocemos como nube o esponjita). Ponías a un niño de seis años delante de una nube y le decías que si no se la comía durante un tiempo luego le darías más. Como puedes suponer muchos de ellos no podían resistir la tentación. Lo maravilloso del experimento es que el sicólogo siguió la vida profesional de aquellos niños y quienes resistían la tentación triunfaban académicamente por encima de quienes se la zampaban. Así es y ha sido, asi lo cuento en clase y así lo defiendo.
Por un pelo, (diez meses) no ha visto Mischel la nueva réplica que se ha hecho de su malvavisco. Con más niños, muchos más, y de distinto estrato social el experimento ha mostrado que la prueba no tiene que ver tanto con la inteligencia como con la clase social y aquellos de clase social más alta no se comían la esponjita. ¡Oh, Dios, años enseñando un error! ¿o no? Hace ya muchos años que se demostró que no hay nada mejor para definir la salud que saber el código postal de donde vives (vamos que no es lo mismo las vascongadas que la siberia) y hace aún más años que se demostró que la media de las personas ricas es mucho más inteligente que la media de las pobres (¡que putada!)
La relación entre pobreza y nivel de estudios es casi perfecta. Lo veo cada semestre en el Plan de Empleo Social y el desarrollo de las redes informáticas y la administración electrónica no mejorará las cosas Al contrario, la clase social más baja se desconectará aún mucho más.
El capitalismo se puso las pilas hace años por miedo a que la pobreza causara revueltas sociales, muchos de los avances sociales los hizo la clase alta para evitar problemas. Ahora, sin embargo, sobre todo en Expaña, la derechona rancia, zafia y analfabeta social no se entera de lo que está creando. Puede que lo lamentemos. No puede haber autocontrol e inteligencia si no tienes lo suficiente para vivir. O nos enteramos de eso o nos comeremos la nube en cuanto nos la ponga delante de las narices. Menos mal que el Banco de Expaña y todos los ricos nos recuerdan la importancia de ahorrar, pero ¿qué malvavisco podemos ahorrar si no sabemos si volveremos a ver uno más en nuestra vida?