Animado por la campaña de verano [20.000 libros de viaje submarino] en la que el Nautilus llega a las playas -también de interior- para animar a leer, seleccioné -para el viaje en tren a Madrid- de la estantería el libro de Verne -¿alguien lo recordaba después de haberlo mal leído de niño? Lo acabé en el R568 que circulaba de Atocha a Badajoz con parada en Plasencia. Concluía así:"Pero cuando recobré el sentido me hallé acostado en la cabaña de un pescador de las islas Lofoten.... Los medios de comunicación entre el Norte y el Sur de Noruega son escasos. Me veo forzado, pues, a aguardar la llegada del vapor que efectúa el servicio bimensual del cabo Norte y que hace escala aquí..." ¡No hay mejor aval para empezar este relato de vacaciones! Las casas de pescadores y las Lofoten siguen ahí. Y aunque ya las comunicaciones han mejorado, el Hurtigruten -ahora casi exclusivamente un barco de recreo- recorre todas las islas [¿os he dicho ya que ese norte son islas]- septentrionales de Noruega. Hay mucho más, pero lo contaré paso a paso.
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