UN OBJETO
Ésta gárgola desesperada, comprada en la Westminster [¡ya sabe, la abadía de la tumba de Newton] bien puede representar mi ánimo esta mañana al volver al curro. No es sólo que hasta la criatura de Frankestein le quitara trabajo a la familia del ciego, es que ¡coño, si hasta nos han cortado internet!
No hay comentarios:
Publicar un comentario