DADOS DE BASALTO

11 octubre 2021

FUEGO AMIGO. (11/10/2021)

 Te conozco y sé dónde vives.

Cuán importante es conocer a la gente y a la vez qué difícil es. Conocer a alguien en el infierno puede suponer la diferencia entre un fuego continuo o un calor residual, parece poco pero en la eternidad del Hades es mucho.
La broma de hoy viene a cuento porque la Librería Farenheit 451 de Barcelona lleva a juicio a un ladrón que le ha quitado, que se sepa, 1.500 euros en libros. Parece ser que el sospechoso también ha actuado en otras librerias de la zona. Iba siempre bien vestido, siempre compraba algo y era sumamente educado. Un buen ladrón. No en vano Manguel en su precioso libro "una historia de la lectura" dedica un capítulo a los libros robados. Y es que los libros tienen la curiosa costumbre de perderse en las estanterías ajenas en cuanto te descuidea. Son unos desagradecidos.
No piensen que eso solo ocurre en las provincias catalanas. Recuerdo como un librero clásico de una extinta librería de la Leal, me dijo cómo sabía de alguien que le robaba libros y que sin embargo no podía, o no queria decirle nada. Y es que a veces conocer a alguien es peor que no conocerlo. A veces conocer a un abogado te lleva a la ruina o conocer a un médico a un desastre diagnóstico.
Pero seguimos fiándonos del conocimiento. Hace mucho tiempo que fui a un concesionario local interesado en comprar un vehículo y el dueño no imaginaba que un pobre funcionario como yo pudiera interesarse en comprar un vehículo demasiado caro. Una lástima. Me fui a comprar a Volvo en Talavera donde no me conocían. No es cosa del pasado. No hace mucho fui a otro concesionario local y supongo que esta vez por mi fealdad natural la señorita no me prestó mucha atención ¡Va a ser cosa de esta Benéfica que sigue siendo señorial y antigua! No me malinterpretes, no es que quiera que me traten como a la prostituta de Pretty Woman, pero un poquito de atención sería de agradecer. Al final lo que se consigue es que ni siquiera te plantees volver a esos concesionarios cuando mi vástago decide comprarse un coche.
Conocer a alguien es tan complicadamente sencillo que debería de ser una advertencia de que en realidad no lo conocemos en absoluto. Sorpresas ninguna. Puedes tratar con personas respetabílimas de bragueta suelta y millonarios aparentes totalmente arruinados. No me cabe ninguna duda. Lo mejor, como dice el clásico aformismo, es conocerse a uno mismo. De no hacerlo tenemos el riesgo de equivocarnos.
Bebed agua, por favor.

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