Casi trece años ha durado la aventura, pero hoy puedo proclamar sin temor que los blogs personales han muerto, lo veo no solo por el mío, sino por el de los contactos que ya no escriben con la frecuencia con la que lo hacían o siquiera lo hacen con ya. Solo quedan los blog que son institucionales, los que son como webs sin ser web y ni aún así la fórmula va a funcionar. El blog ha muerto. Pocos leerán esta especie de despedida. Solo había lectores traídos aquí por el FB y ahora he decidido descansar de él porque me harté de estupideces y peloteos en general. Ya me harté cuando solo había gatitos y ahora los gatitos han tomado el control del invento de Zuckerberg. Han sido muchos años buenos, algunas cosas buenas publiqué, hubo gente que me lo dijo, pero no, no hay vuelta atrás, el blog muere al mismo ritmo que muere la prensa escrita, a la misma velocidad en que la televisión como tal está dejando de existir. Nuevos tiempos. Nuevas tramas. Id en paz.
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