DADOS DE BASALTO

03 marzo 2009

Abstenerse impíos

He encontrado a "mi" Chamán al mediodía. Siempre lo abrazo. Es un circuito cerrado de retroalimentación (¿no lo crees?). Cada vez que me dice "suerte" o "felicidades" las palabras resuenan de modo distinto al apagado que tienen cuando nosotros lo usamos (el uso y su des-uso. Lavamos una, dos, tres veces, luego otras tres y de nuevo tres más y las prendas decoloran). "Vuelvo a Machu Pichu" -me dice- "Te traeré lo que quieras" Entonces hemos juntado las manos y cerrado los ojos. Yo sólo he pedido paz y felicidad. Estoy seguro de que las obtendré.

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