Nos dirijimos a Karjskok, sede del Parlamento Sami [o Sapmi]. Ellos sólo se consideran representados en este órgano porque viven en el norte de Noruega, Finlandia, Rusia y Suecia [los esquimales también son considerados Sami]. Al lado del Parlamento, el Parque Sapmi que fundamentalmente es un comercio. Hemos contactado con los primeros mosquitos, dicen que hay más que en África y son como helicópteros, pero a mi, que suelo padecerlos en extremo, casi ni me afectan. En todo caso vamos bastante abrigados.Tras ver un par de videos románticos, pero bien hechos, sobre el latido de la tierra se pasa al supermercado de artesania. Atrayente, bonita y cara -aunque no excesivamente. Nos habían asustado con los precios noruegos pero lo más caro es, como en todas partes menos en casa, el alcohol y el tabaco. Vemos los primeros renos y tratamos de cazarlos a lazo [imposible]. El pueblo, como todos los que vamos a ver es pequeño, pero con un impresionante carril bici que es ampliamente usado por niños, adultos y jóvenes. Estos últimos se juntan en el supermercado para un rato de diversión. Nada que ver con la diversión española. En unos días comienzan las clases -nos dicen- y hay que quemar los últimos cartuchos antes de que todo sea oscuridad. No hay mucho que hacer, pero te puedes quedar todo el rato que desees por ver anochecer. No oscurece. Afortunadamente todo el mundo -y quiero decir todo el mundo- habla inglés. ¡Va a ser cierto que nuestros problemas con los idiomas se deben a la maldita comodidad española que nos traduce todo lo que ponen en el cine y en la tele! ¡Como en España en ningún sitio, ¿eh?!
El Parlamento [con forma de choza Sami]. Los renos. Motivos étnicos
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