Hemos repetido cena en un restaurante pub de Stukmarknes [Vesteralen] No se come mal y no es muy caro una vez que te acostumbras a pagar 5€ por 0,5 litro de cerveza. Sobre todo hemos cenado allí porque a excepción de los hoteles o kioskos de venta de salchicha no hay más sitios. Antes entramos en unos almacenes buscando un restaurante -anunciado- en el último piso, pero aunque la puerta de entrada se abría automáticamente, en todo el edificio, incluido el restaurante no había nadie. Es así, y no son más allá de las 21,30 horas. Esta mañana cogimos un ferry que en 20 minutos nos acercó a Fiskebol [Lofoten] Antes de llegar a Kabelvag hemos pasado por debajo de las patas de cabra. Allí se hizo una fotografía -creemos que no hay más, porque sale en todos los catálogos y postales- de un tío saltando entre las dos rocas [¡pa matarse, vamos!] Los secaderos de bacalao están a estas alturas vacíos. El pueblo es comercial, lleno de color, la temperatura y el sol parecen casi de aquí [milagro, vamos sin polares!] A las trece horas cogimos un barco para visitar el Trollfjord [el más estrecho de Noruega] que penetra 1,5 km en la isla que lo cobija y acaba en una bahía cerrada por montañas imponentes. Sé que exagero si digo que casi tocabamos las paredes del fiordo pero el fiordo es estrecho de verdad. En el barco comida a base de salmón y ballena. Por el camino nos entretuvimos dando comida a las gaviotas [son como ratas voladoras y es difícil tomar una foto en el momento oportuno] En el trayecto abundan los criaderos de salmón. Nos reímos mucho con Jordi, y entre él y yo parece haber una competición en payasadas. Nos vamos a venir a vivir aquí, cazaremos renos y cogeremos salmones. ¿Y las chicas? A vivir la vida [en estas islas donde debe vivir una persona por cada 50 kilómetros cuadrados]
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