Siempre ha sido una de las frases preferidas de mi madre. Otras dos que siempre han surgido como una letanía de sus labios son: "mi trabajo que a otros descanse" y también "esto es un valle de lágrimas". De chico no entendía bien su significado. A medida que uno crece se va dando cuenta de que la felicidad son cuatro días [contados] y la vida es una constante lucha que tarde o temprano perdemos. [Volvemos a pisar el hospital].
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