DADOS DE BASALTO

07 junio 2007

Ferias

El único trabajo feliz que recuerdo se remonta a mi preadolescencia, en las jornadas previas a las Ferias y Fiestas de la ciudad, que llenaba el Parque de la Coronación de feriantes, colocando barracas y atracciones luminosas durante siete días. En esas fechas, si uno quería, siempre había allí trabajo. Era del tipo fácil, para el que cualquiera estaba cualificado, pues consistía en descargar camiones y luego, si el dueño del espectáculo te veía muchacho de provecho, ayudarle a montar las atracciones a base de martillazos, clavos y tornillos. Incluso podías ser tan afortunado de pillar alguno de los turnos de cuidado de la barraca, o el máximo de todos, controlar la pista de los «coches chocones» en las tardes previas a las fiestas, cuando salíamos del colegio a pasear por el ferial.
Ese trabajo me producía una satisfacción que nunca he logrado replicar y que siempre me induce a pensar que el único trabajo existente es descargar camiones y el resto no dejan de ser formas de pasar un tiempo más o menos aburrido en sitios más o menos cerrados.

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