A diario los medios de comunicación nos golpean con noticias terribles que atacan todos los derechos y libertades que tanto trabajo nos cuesta conseguir. Entre los citables podemos mencionar la lacra de la violencia de género, la violencia adolescente y joven –practicada en persona o transmitida en imágenes-, el consumo de drogas legales e ilegales, los accidentes de circulación, ataques a la propiedad pública y privada, sexo inseguro etc. El listado puede continuar, pero no pretendemos, de ningún modo, ser exhaustivos. Lo peor de todo este asunto es que en muchos casos los atentados mencionados son cometidos por adultos, adolescentes o niños que han recibido toda la información necesaria sobre lo que se debe o no hacer, incluso de las penas o males que pueden sobrevenir por quebrantar estas normas. Entonces, ¿dónde residen los principios que cambian conductas?
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