La ventaja de un jugador zurdo no se debe tanto a la sorpresa de su juego invertido como a su rapidez de reacción. Aunque parezca mentira unas centésimas de segundo pueden marcar [nunca mejor traído] la diferencia. El circuito vista-mano izquierda es más corto porque va directamente a la percepción espacial y de ahí a los centros motores. Los diestros recibimos en el hemisferio izquierdo y de ahí tenemos que pasarlo al derecho.
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