DADOS DE BASALTO

26 junio 2018

País de ladrones

Dicen algunos que Expaña es un país de ladrones, a mí me lo dijeron de pequeño en clase cuando un profesor relataba cómo en un barracón de soldados alemanes sin tabaco ninguno de los compañeros cogió de la cajetilla llena que otro compañero ausente tenía. Reconozco que aquella historia me sorprendió. La madrugada del cobro de pensiones ya había gente sacando del cajero y comprobando que habían recibido su ¿"justo"? pago por los años de trabajo y las colas del 25 de junio de 2018 se formaron desde una hora antes de que abrieran las oficinas bancarias. Muchos pensionistas temían que sin Rajoy no fueran a cobrar sus pensiones lo que demuestra la falta de cultura democrática de este país que sin embargo presume de ello. Seguimos siendo un país de grandes diferencias de clase. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres. Vivimos donde podemos. Hay más de tres millones y medio de viviendas vacías y sin embargo los alquileres están lejos de la mayoría de la población. Puede que por eso las familias aún cuiden de hijos mayores de treinta y cinco años en lugar de que estos abandonen el hogar en cuanto cumplen la mayoría de edad, como suele suceder en casi todo el mundo. Me niego a creer que eso suceda porque somos los únicos que amamos a nuestros hijos. Más bien todo tiene que ver con el dinero. ¿A alguien le importaría el problema catalán si todos atásemos los perros con longaniza? Probablemente el problema ni siquiera habría existido. 
No, no creo que seamos un país de ladrones somos un país sin recursos en el que los pocos dineros que tenemos no alcanzan a la mayoría de la población. Una historia repetida. Hasta en los dos mejores siglos económicos de Expaña el dinero nunca llegó al pueblo así que ¿qué podemos esperar? Eso está ya inserto en nuestros genes.

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