Ahora que ando entre el Ártico y el Antártico, compruebo (tristemente) que usar el autobús en Bipolaria es mucho más caro que ir en tu propio coche. Dos o cuatro viajes al día dependiendo de si vas al Norte o bajas al Sur maltrata mucho el bolsillo. Entre eso , y que el bus pasa cada veinte minutos, no me extraña que la empresa sea deficitaria y el coche un rey impracticable. Dicen que con sesenta bicis lo arreglamos.
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