"Las tres se ocuparon de la doncella y en la mañana de la boda la lavaron de pies a cabeza, le ciñeron los pies de nuevo con lienzos blancos, le pusieron medias nuevas ... Entonces la vistieron con las ropas que había llevado de su casa; blanca seda junto a su carne virginal, luego una ligera túnica de fina lana de oveja, de la más rizada, y encima el traje de satén rojo de la boda. Y le frotaron la frente y con un cordoncillo hábilmente atado le arrancaron los cabellos de la virginidad: la franja sobre las cejas, dejándole la frente alta, pura y cuadrada, como convenía a su nuevo estado..."
Pearl S. Buck. La Buena TierraY el otro día veía yo, por mediación de S., en Intelnet, a una joven que usaba un muelle para depilar toda esa zona porque de seguro la moza tampoco tenía ya estado virginal. Nada hay nuevo bajo el sol.
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