En este instante, él
es La Literatura.
Sentado tras vosotras,
en vuestras nucas leo una atención perfecta,
como en una Primera Comunión
hacia la que os condujo
la vida entera: libros y más libros.
La misma fe que arrastra cada noche, cogido por el cuello,
al poeta adolescente ante su página
Ni a gritos volveríais la cabeza.
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