¡Cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir! ¿Es la literatura responsable de esta aseveración? ¿Se basa en la realidad? ¿Qué dios castiga la felicidad y el placer? ¿He de temer que se haya cumplido un deseo?
La tira es de una curiosa página que a su vez la toma de otra (esto de internet...algún día todos a la trena)
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