Me empeño en escribir dos y el corazón (dedo) -teclado nuevo- se resiste una y otra vez haciéndome marcar simultáneamente la i y la o. Convierto así, de modo repetido, dos en dios. Corrijo y corrijo pero no hay forma. ¿Será -me digo- por aquello de que dios es trino? He de persistir en mi herejía: Dos, dos, dos, dos, dos...
(Nota: ya sé que la tecla "i" pertenece al corazón y la "o" al anular pero no quedaría igual la entrada)
(Nota: ya sé que la tecla "i" pertenece al corazón y la "o" al anular pero no quedaría igual la entrada)
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