DADOS DE BASALTO

26 noviembre 2008

Un viaje a Venecia

Hay tres maneras de ir a Venecia, si no consideras lo de ir en barco que te llevaría mucho tiempo. Quiero decir que debe ser terrriblemente aburrido rodear Italia en un barco. De cualquier modo yo no tengo nunca mucho tiempo porque como sabes no soy rico en absoluto. De hecho estoy siempre en banca rota. Así que puedes ir en tren, en coche y si puedes en avión. La gente rica va en avión. Es más cómodo aterrizar en el aeropuerto de Marco Polo en menos de tres horas que "montar" dos mil kilómetros en dos días.
Desgraciadamente, como te dije estoy siempre arruinado así que he ido a Venecia tres veces. Dos de ellas en tren y la última en coche. Ir en tren puede enseñarte mucho. Quiero decir que, ser despertado a las tres de la mañana por un policía armado porque te había confundido con un terrorista es una experiencia difícil de olvidar. Desgraciadamente ser confundido con un terrorista no es la única cosa que te puede ocurrir. Por ejemplo puedes ser tomado por un traficante de droga en Veintimiglia -que es la frontera entre Francia e Italia- o puedes quedarte dormido y descubrir, al despertar, que estás en Suiza. De hecho las tres cosas me han sucedido aunque debo decir que un poco por casualidad. Casualidad es una excelente palabra para los italianos. Todo ocurre por casualidad. Nunca hay un propósito. Si la Torre de Pisa se está cayendo la causa no es ni el mal diseño ni el suelo blando sino una cuestión de azar. Los italianos nunca se equivocan, lo cual es cierto si tomamos en consideración el hecho de que vienen de los emperadores y estos de los dioses. Más o menos ocurre como con los placentinos con la diferencia de que nosotros venimos de Alfonso VIII....
[Inicio de un texto inglés que presenté en la EOI a los veinte más o menos y que ha reaparecido ¡Cuántas cosas!]

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