Tratas de que no te afecte. Es cosa de otros. De americanos o alemanes que tienen economías inversoras que dan vertigo. Eso no nos afecta a nosotros -me repito. Somos más de baldosín, de regalar huchas a los niños, abrirles una cuenta o comprar una caja de seguridad. Me digo eso y me lo repito tanto que a punto estoy de creerlo pero entonces me pongo a forrar libros y compruebo que descaradamente este año los forros son aún más pequeños que los del año anterior ¡Maldita sea!
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