DADOS DE BASALTO

09 julio 2008

La suerte

Cuando eres niño crees que las cosas suceden siguiendo un orden aleatorio. Luego te das cuenta de que el orden lo imponen y tú no tienes ningún poder sobre él. Al final dejas de creer en la suerte, también dejas de ser feliz. Luego hartos de tanta insatisfacción hacemos caso al gurú que cuenta que la suerte es sólo para los que creen en ella y basta con creer. Entonces creemos con fuerza pero tampoco conseguimos nada. Más tarde otro gurú nos convence de que la suerte hay que buscarla. Al final ni creer ni buscar proporciona un gramo más de suerte. Sin embargo los promotores de tales ideas siguen haciendo millones porque en el fondo queremos creer. A mi no me pillan. Lo más cercano que conozco a la suerte es la afiliación política. Si no es un gurú, es su discípulo.

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