Las medias no son buenas ni para las piernas y con los calores del verano los ánimos se encienden. Descubrí a tiempo que no podía hacerme cargo de algo inexistente. Menos mal que pronto las vacaciones calmarán la, ahora, manifiesta preocupación por un piso con verjas en un remoto lugar. Yo, que cada día soy más escéptico y creo más en la incredulidad, he empezado a decorar mi cuaderno de viaje. Antiguamente cargaba con la responsabilidad de las cosas. Ahora, desposeído de ella, duermo mejor por las noches. Soy más feliz y sin embargo sé que me falta algo, pero no me preocupa. La directora de la UP de Navalmoral, siguiendo a otros más, también se va un añito de excendencia. ¡Qué envidia! Yo espero, sigo esperando, y mientras tanto retomo el cuaderno de viajes. ¿Hay algo que merezca más la pena?
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