Será necesario crear un ministerio del optimismo para hacernos creer lo que el del bigote ya intentaba: Que España va bien. Mientras tanto, amén de los males generales, aquí tenemos uno más llamado Central Nuclear de Almaraz que seguiremos tragando para beneficio no sólo de nuestra Hispania si no también de las naciones con hechos culturales diferenciados -aliadas, a veces- que la rodean. Pero no quiero hablar de eso. Cádiz, sigue siendo una maravilla y la vida allí más lenta. Unos días sin saber siquiera que Nadal había ganado el Roland Garros sientan de película. ¡Lástima que las alegrías en casa de los villanos duran poquito!
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