se fraguó, pues, con violencia, produciendo desórdenes que terminaron con altercados y derramamiento de sangre. Con las primeras luces del día 8 de junio de1808, y al grito de ¡mueran los traidores afrancesados! Se produjo el motín que terminó con la detención y posterior asesinato de varios vecinos acusados de connivencia con el invasor. La multitud se concentró en la Plaza Mayor y se dirigió a las casas de D. Jerónimo Baena, D. Antonio Moreno, Isidro Clemente, alias el Ignorato, D. Manuel Henao, tesorero de la Administración de Rentas Reales, y a la de D. Antonio Barbina, a los que condujeron a la cárcel. El día siguiente nuevos disturbios dieron lugar a que, de nuevo, una multitud exaltada se dirigiera a la cárcel, sacara de ella a Jerónimo Baena y lo linchara, cosa que volvió a suceder el día 13 del mismo mes con Antonio Moreno e Isidro Clemente. Solo la intervención de Fray Manuel Redondo, religioso del convento de San Francisco, pacificó los ánimos.
Los placentinos constituyeron su Junta local de armamento y defensa. Dicha Junta estaba compuesta por el obispo D. Lorenzo Igual de Soria como presidente; el Exc. Sr. D. Antonio Vicente Arce como vicepresidente y los vocales D. Juan Francisco Marco Catalén, doctoral de la catedral, D. Francisco de Sales Andrés, canónigo, el prior del convento de San Vicente, el padre guardián de San Francisco, D. Vicente de Varas Laguna, regidor perpetuo y brigadier de los ejércitos, D. Antonio del Barco Villalobos, también regidor, y D. Juan Rodríguez del Castillo, secretario. Se acordó, en primer lugar, que todo el que pudiera, en la margen derecha del río Tajo, se armara. Al llamamiento se respondió mayoritariamente, sin distinción de clases, llegándose a formar con todos los reclutados cuatro batallones que la Junta distribuyó entre la propia ciudad de Plasencia, Jaraíz, Navalmoral y Coria.
Los placentinos constituyeron su Junta local de armamento y defensa. Dicha Junta estaba compuesta por el obispo D. Lorenzo Igual de Soria como presidente; el Exc. Sr. D. Antonio Vicente Arce como vicepresidente y los vocales D. Juan Francisco Marco Catalén, doctoral de la catedral, D. Francisco de Sales Andrés, canónigo, el prior del convento de San Vicente, el padre guardián de San Francisco, D. Vicente de Varas Laguna, regidor perpetuo y brigadier de los ejércitos, D. Antonio del Barco Villalobos, también regidor, y D. Juan Rodríguez del Castillo, secretario. Se acordó, en primer lugar, que todo el que pudiera, en la margen derecha del río Tajo, se armara. Al llamamiento se respondió mayoritariamente, sin distinción de clases, llegándose a formar con todos los reclutados cuatro batallones que la Junta distribuyó entre la propia ciudad de Plasencia, Jaraíz, Navalmoral y Coria.
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