Visto que, por poner un ejemplo, gente que camina es capaz de conseguir más líneas en los periódicos que una exposición de pintura o fotografía, hago mi pequeña -y lamentablemente escasa- contribución para que la exposición de grabados, linotipos y algunas esculturas de importantes autores del siglo XX no pase desapercibida. Hablo de La Tea,6 que gracias a empeños personales [uno sabe lo que cuesta esto de la cultura] refresca el mundo artístico local lleno de bobartes, tontartes y artepartes. Si aún no habéis visitado esta galería ahora es una buena oportunidad. Os sentiréis como en casa. Mañana hablaremos de José Miguel Fagúndez
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