Paralizaba todo sin ser una esfinge. Hecho tal, se disponía a engullir alegremente. Nada se resistía a su desidia puesto que como buen monstruo ni siquiera había de ir a buscar las presas. Bastaba una voz: ¡Falta este papel! Si no mueres de susto lo haces de aburrimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario