Entre risas comunes demuestro a mi hija que estudié una asignatura llamada Formación del Espíritu Nacional. Allí leo: "El jefe de la familia es el padre. Como tal trabaja y manda. Trabaja para dar ejemplo y procurar el bienestar de los demás miembros; manda, para que bajo su amorosa autoridad cada cual cumpla su misión: la madre administrando el hogar y los hijos preparándose para una vida moral y materialmente digna". La verdad es que hemos llegado muy lejos viniendo de donde venimos.
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