DADOS DE BASALTO

07 septiembre 2007

Rumanía, 12 de agosto


El viaje, no muy largo, hasta Tulcea [/tulcha/] por una carretera no muy mala solo ha tenido como aliciente el paisaje. A medida que nos acercábamos al Danubio la llanura aplanaba el paisaje. Un ferry, ciertamente antiguo, nos ha cruzado el rio. Una travesía lenta sobre un Danubio marrón. La otra orilla es la región de Dobruja /dóbroya/ hemos contemplado -dice el guía- los montes más antiguos de europa.

Tulcea es una ciudad en fiestas. Celebran una especie de festival de los pueblos del mundo [aquí conviven cuatro etnias] y aunque hemos oído el himno español, osea "que viva españa" no hemos encontrado representante patrio alguno. El puerto estaba lleno de gente, música y fuegos artificiales [4 cohetes hemos contado] Los puestos de artesanía [10] en un lateral. Hemos comprado una pulsera, algún llavero, poca cosa. Mi mejor inglés sigue sin servir de nada. Ya desesperado -tras intentar el francés- casi grité a la vendedora: "¡que si lo haces tú!". Sí -me contestó- y mi fratello y más gente. El hotel Delta, muy mono, lo primero que hicimos fue saciar la insistencia de Silvia por bañarse en la piscina. Con la sauna, sin embargo, no hemos podido. ¡Qué calor!

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