En ese momento aparecieron de nuevo. Volvían cíclicamente cada cuatro calarias con el córtex inundado de nuevas ideas a desarrollar: Los canales del planeta serían desecados y convertidos en trincheras; de la arena de los desiertos -tras procesos químicos- se elaborarían diamantes y con el agua de los ríos volveríamos a tener mares. Todo lo anterior quedaba abolido. Eran, de nuevo, nuevos tiempos.
-No me importa -dijo Zerep con firmeza, aunque se le notaba un hilo de tristeza en la voz- este ya no es mi planeta. Tarde o temprano me iré.
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"Era como esos días en que se esperaba en silencio la llegada de una tormenta, y la presión de la atmósfera cambia imperceptiblemente, y el cielo se transforma en ráfagas, sombras y vapores....
Así era ahora. Amenazaba una tormenta, pero el cielo estaba claro. Se esperaban rayos, pero no había ni una nube"
Ray Bradbury
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