Como no soy bueno imaginando, colecciono momentos: vacaciones, besos, palabras, sonrisas, delicias de "delicatessen", todo vale para mi propósito. Trato de anclarlos fuertemente con algún gesto motriz inusual que no describiré. Voy usándolo con mesura, siempre hay alguien que trata de arañarte, clavarte, cortarte, ignorarte, pero lo peor vendrá otro día: una operación, tal vez una pérdida o una separación, la muerte quizás. Entonces entraré en mi mundo y escaparé con facilidad de este valle de lágrimas.
Nota: aunque a alguno esto le parezca imposible, garantizo que se logra. Parto pronto a por más momentos para mi colección.
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