Igual que setas, empiezan ahora a florecer por todas partes los festivales benéficos. Como hay tanta necesidad, cada asociación, ong, radio y demás, puede organizar el suyo. Los mismos que llaman para aportar en uno, lo hacen en otro y de las mismas cajas salen los dineros. Las colectas varían poco cada año y sólo se salvan por las aportaciones públicas o confederadas. ¡Será que no es tanto el estado de bienestar que proclamamos!
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