No diría que este diario haya sido una terapia, aunque tampoco lo negaría. Afortunadamente cada día soy más ecléctico. Lo mejor de todo ha sido descubrir -de vez en vez- que lo ha leído -siquiera de cuando en cuando- gente a la que yo admiro, gente que habla claro, que curra muy bien y que tiene ideas que transforman de algún modo el mundo [incluso alguno me puso en sus enlaces, jo]. Lo peor es que en muchas ocasiones no he contado todo lo que pensaba, -ser crítico con la derecha es más sencillo, sin duda- o lo he contado en minifábulas de vasallos y señores sólo legibles para "mis" más cercanos.
Total que gracias a todos por estar ahí, ante la pantalla, y también por estar aquí, conmigo.
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