El primer componente es el cognitivo. Hemos de proporcionar los conocimientos necesarios –y adecuados a la edad- que configuren las conductas
El segundo es el afectivo. Hoy sabemos que la inteligencia no es sólo conocimiento sino emoción y afecto. Este componente se enraiza con la empatía y la filiación [pertenencia a un grupo de referencia]. Mi parte social, a la que me vinculo y la cual afecta a mi conducta.
El tercero es la motivación. Para conseguir una conducta duradera, aquella debe ser interna, es decir aceptada por mi como valiosa. No sirve de mucho una moral heterónoma que sólo obedece por refuerzos negativos [multas y castigos] o positivos [premios y recompensas externas]
Estos componentes se pueden aplicar al estudio de cualquier conducta: infantil, adolescente, juvenil y adulta...
El segundo es el afectivo. Hoy sabemos que la inteligencia no es sólo conocimiento sino emoción y afecto. Este componente se enraiza con la empatía y la filiación [pertenencia a un grupo de referencia]. Mi parte social, a la que me vinculo y la cual afecta a mi conducta.
El tercero es la motivación. Para conseguir una conducta duradera, aquella debe ser interna, es decir aceptada por mi como valiosa. No sirve de mucho una moral heterónoma que sólo obedece por refuerzos negativos [multas y castigos] o positivos [premios y recompensas externas]
Estos componentes se pueden aplicar al estudio de cualquier conducta: infantil, adolescente, juvenil y adulta...
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