No recuerdo ahora el nombre de la empresa que lleva años forrándose a costa de incautos. Desde hace meses -a través de un supuesto profesor incapaz de pronunciar los fonemas hispanos- trata de convencernos de que se puede hablar inglés con mil palabras [hablar supongo, como los loros, osea poder decir cosas sin entender lo que te dicen].
¡1.000 palabras! Un niño de cuatro años utiliza correctamente 4.000. Peor aún, como dicen Kandell, Jessen y Schwart en Neurociencia y conducta, "Hay un período crítico para el desarrollo del lenguaje [sea verbal o de signos]... Aunque evidentemente después de la pubertad se puede aprender una segunda lengua, no sólo es más difícil sino que es casi imposible lograr un acento correcto"
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