Primero te roba, de manera inocente y desapercibida, una hora antes del amanecer. Poco después son dos horas y te mantienes así, sintiéndote engañado, pero inconsciente, cerca de dos meses. Más adelante en el tiempo miras a tu izquierda y los leds te indican 4:05 o 3:50 y te descubres pensando en todas las cosas que tienes pendiente mañana. Durante ese tiempo los dolores de tu espalda han vuelto. Es el momento de cambiar de oficio. Sabes, por propia experiencia, que falta poco para entrar en la cama y no conciliar el sueño.
