Muchos no lo sabréis, pero pescar carpas gigantes con anzuelos del 12 es una obra de ingeniería que requiere fuerza, mucha paciencia y peticiones al cielo para que no rompan el hilo y/o el acero (sí también el acero) del anzuelo. Tras media hora de lucha queda luego subirla al muro, desanzuelarla y volverla a soltar para coger una mayor el año que viene. Con muchas luchas y pérdidas, la obra de ingeniería del 12 acaba convirtiéndose en una calatravada. Sería infinitamente mejor usar boilet, anzuelos mayores e hilo superresistente, pero entonces -como le pasaba a los dos teens de unos metros más allá- tendría que llevar un avisador de picadas y una tumbona para whatsappear, cómodamente en la espera, con el móvil android. Prefiero la obra calatravense, es una lucha de igual a igual en la que pierdo muchas veces. Al final de la mañana, por fin el premio gordo, una trucha de kilo mordió el anzuelo del 12. So simple!