Los ratones de Trejo, de quienes ya he hablado en otras ocasiones, me envían el enlace de un libro, digitalizado, impreso en el siglo XIX pero cuyo manuscrito original es de 1570. Es "El pelegrino curioso" y el texto que reproduzco es de su llegada a Plasencia y su admiración al ver el abundante oro en los nervios de las bóvedas. De esto ya sabíamos empíricamente. Araujo y Nadal, arquitectos del Plan Director de la Catedral, cuya ponencia se publica en el próximo libro de la Memoria Histórica, ya han hablado de ello en varias ocasiones. Ahora tenemos también este facsímil que confirma el oro de las juntas. Hay que irse acostumbrando ya que, la visión de la catedral restaurada, puede ser sorprendente. El oro ha vuelto a las alturas.
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