Nunca se puso el sol [Cabo Norte] 9 de Agosto

Vamos hacia las islas Vesteralen [Norte] y Lofoten [Sur] Tomamos dos ferrys. El primero sale a alta mar para alcanzar las islas. El barco se menea bastante. Un hombre mayor va buscando conversación [también me compraría alcohol, claro, pero yo no tengo]. España, sí, Barça, Ronaldiño. Aquí en verano hace calor -dice- en ocasiones hemos alcanzado los 25ºC y sí, este es un lugar de vacaciones para los noruegos. El hombre recomienda a Silvia aprender inglés y conocer mundo. Al llegar partimos -algunos- en un barco ballenero a ver ballenas gigantes [son cachalotes] No tengo muchas expectativas, no creo mucho en esto, pero por lo visto, desde Andenes, se llega rápido al final de la plataforma continental [el trayecto más corto desde Europa, dicen] y allí, en esas aguas ricas y frías viven los cachalotes que han sido expulsados de las manadas con crías. El barco se mueve como no lo podrías creer. Alguno se marea. El frío es intenso y polar, pero sí, nos dan la dirección en que aparecerá y allí está, resoplando, y me siento Ismael, y nos aproximamos a ella como nunca creí que iba a ser posible aproximarme. Y esto sucede no sólo en una si no en tres ocasiones. Y vemos como la ballena da el coletazo para hundirse de nuevo a por calamares. Y tomamos fotos. Y lo hacemos con cámaras simples [¡qué no habría fotografiado Rozalén de haberlas visto él!] y entonces creo que sí, que definitivamente este es el mejor viaje de mi vida. Y me siento bien. Y recuerdo a mi madre cuando decía irónicamente: "luego dicen que las putas perras no valen para nada" y creo en la vida y en el amor y me reafirmo en que el trabajo y sus cabreos asociados sólo valen para tener vacaciones un año más. ¡Anda que le den!

La ruta de las ballenas. El barco ballenero [¡lo era de verdad!]. ¡Llamadme Ismael o Queequeg!