DADOS DE BASALTO

29 septiembre 2019

¿Quién necesita a un ser humano?

¿Quién necesita a un ser humano?

Anduve en la estación de autobuses. No se crean que era una espectacular, era normalita, de medio pelo, de un pueblo de provincias (ya saben dónde) y mi teléfono vibraba aportándome información sobre qué autobús llegaba y cuáles estaban a punto de salir. No me sorprendió que lo hiciera, mi hija es apasionada de Google (en más de una ocasión el móvil nos ha informado de retrasos en vuelos con mayor antelación que la propia compañía aérea) y no hace cuentas a mis frases sobre nuestra pérdida de libertad, puesto que la oferta que le proporciona supera con creces -según ella- a los inconvenientes. Lo que me sorprendió es que mi teléfono notificara esto sin que yo lo hubiera configurado para ello (no sabría hacerlo, por otra parte) y también me sorprendió, claro, el que sea más listo que yo.
¿Te gusta conducir? decía un viejo anuncio muy afamado de una marca alemana de coches que a mí siempre me pareció idiota porque conducir no deja de ser un estado de atención máxima (al menos para mí) que dudo pueda proporcionar mucho más placer que aquel que pueda proporcionar un vehículo que responde y funciona bien. El mío con 24 años no me ha dado especiales problemas y cuando termino un viaje no puedo más que estar agradecido por lo bien que lo ha hecho. Pero hoy en día un coche podría conducirse él solo. No te tienes que preocuparte de las luces -se cambian solas-, o de dar el limpia parabrisas, él lo hace. Te avisa si cambias de carril, incluso de si un coche te va a adelantar, aparca solo si le dejas, tiene cámaras delanteras y traseras, pita si te acercas al coche de delante o si al aparcar puedes rozar una columna o golpear al coche de detrás. Si un día te despistas o simplemente no ves al peatón cruzando esos pasos de peatones que no se pintan hace siglos y que están mal iluminados, él puede frenar por ti y evitarte un gran disgusto.
Supongo que con los coches actuales si hoy aún nos dejan conducir el volante es porque a qué se dedicarían las autoescuelas si no hubiese conductores a los que enseñar.
Me recuerda la historia que se cuenta en el Planeta Rk123. Allí una nave autónoma explica cómo en un viaje de reconocimiento al planeta tierra salvó a un terrícola de una gran infección. Observó al camión parado en el arcén con las luces de situación dadas, y la intermitencia brillando. Supo que tenía problemas y al acercarse más vio como un par de extrañas criaturas bajaban a la calzada. No lo dudó más, disparó y eliminó a aquellos parásitos. Cuando se marchó pensó que el vehículo, liberado de sus ocupantes le hacía un guiño con las luces.
Ya te digo que es solo un cuento en un extraño planeta. Así que no me hagas mucho caso. Buen día.