Ha surgido, no se
sabe bien de dónde, la idea de que la Universidad Católica de Ávila
está interesada en abrir una Universidad privada en Plasencia,
precisamente en un edificio donde hace ya muchos años, las chicas
estudiaban para hacerse maestras de la Iglesia, título que posteriormente habían de
convalidar para el Estado mediante un examen. Curiosamente es ahora,
una Universidad Católica, como casi todas las Universidades Privadas
que están creciendo en España en los últimos años, la interesada
en devolver dicha carrera a Plasencia.
Estudiar magisterio
en Plasencia ha sido un anhelo de muchos a lo largo de los años. En
dos ocasiones la Directora de la UNED ha anunciado a bombo y platillo
que se impartiría en esa Universidad en el
próximo curso, pero en dos ocasiones los hechos han desmentido sus
palabras y la algazara general que tal noticia despertó acabó en un
vacío. Da temor pensar que estos nuevos anuncios con la UCAV queden al final en titular de las noticias locales.
Construir una
Universidad Privada no es tarea fácil, amén de los dineros que hay
que invertir se precisa alumnado dispuesto a pagar las carísimas
matrículas que tales centros ostentan, aunque evidentemente ese no
parece ser el problema en nuestro país ya que cada año miles de
estudiantes se matriculan en las diversas carreras que tienen las
Universidades Privadas. Asunto distinto es el nivel académico y
profesional que la enseñanza privada universitaria tenga. Eso, es lo que parece analizará la UEX. Ella y la Junta realizarán su dictamen otorgando el
Nihil Obstat (o no).
Si al final todo
sale bien será una gran noticia para Plasencia y frente a las
reticencias de algunos por ceder edificios a Instituciones privadas
hay que decir que esa práctica es buena en tanto en cuanto permitirá
que los edificios no acaben en ruina y abandono. Ejemplos de
ese tipo de edificios ya tenemos bastantes aquí, desde el Conventual San Francisco hasta el futuro Palacio de
Congresos. Una ciudad endeudada como la nuestra no puede permitirse
el lujo de palacios, sean antiguos o modernos, vacíos. Ójala estos anuncios no queden igual de vacíos en el futuro.