El problema de la responsabilidad no debería nunca ser un problema de definición. Lo sencillo es: cada uno cumplir con lo que debe. Sin embargo las palabras dan vueltas y revierten como bolsas recicladas. La responsabilidad no se cuenta, se ejerce. Un problema es si, a veces, la responsabilidad no exige abandono. Parece contradictorio, pero cuando alguien no ejerce, el otro está siempre condenado.