El bar (que ya no abre más como bar porque ayer era su último día) estaba lleno de jovencísimos de ambos sexos maquillados y equipados de banderas españolas. Tal vez ellos si puedan superar los inconvenientes que nuestra generación tuvo (y tiene) con la bandera. Pasar, de no llegar a cuartos nunca, a ganar en este y todos los deportes, cambia tu mente.