Entrevistaba -es un decir- a Álvaro la otra tarde. El fotógrafo amigo disparaba la cámara una y otra vez tratando de buscar la imagen más representativa, esa que dicen nos captura el alma. Hablaba Álvaro de Zagajewski, de cómo su poesía es limpia y sencilla y también de cómo si alguien no es muy aficionado a la lectura poética, debería comenzar por el poeta polaco. Un poeta, que además, decía, te lleva de viaje a multitud de sitios. Hoy Farré, el traductor de Zagajewski, establece paralelismos entre ambos escritores. Felicidades Álvaro. Por esto y por tu inmediato proyecto, ya real, que tendremos en breve entre nosotros.
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