Hace no mucho las lindes se arreglaban con escopeta y los cartuchos acababan en Juzgado. Ahora las lindes no matan a nadie. A nadie le preocupan servidumbres ni mojones. El campo ya no da ni para sustento y, por tanto, tampoco para pólvora. Así que, a pesar de todo, algo se ha ganado con su abandono ¡Parece mentira!
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