Sevilla se ha rendido a los encantos de Price noséquémás. Aquí todo el que tiene avales, sea Fidalgo o no, haya mamado la leche a derechas o del otro pezón, acaba pasando de Platón a la materia. Yo también lo haría, reconozco, pero afirmo que ni soy capaz de enseñar las cuentas en dos tardes ni tampoco de aprenderlas en mi vida. Pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario